Desde las profundidades del Mar del Norte, Noruega surfea la ola de la abundancia gracias al petróleo y al gas descubiertos en los años 60. Temerosos de que esta bonanza pudiera desaparecer o desequilibrar su economía, los noruegos decidieron ahorrar e invertir sabiamente.

Su fondo de pensiones asciende ahora a 1,39 billones de euros, distribuidos en acciones, energías y propiedades globales. Para poner en contexto, el PIB de España es de 1.462.070 millones de euros.

Pero ¿en qué invierte este colosal fondo? Un organismo decide sus inversiones con dos reglas claras: nada va a parar a compañías noruegas ni en Noruega, solo a países y empresas éticas. Este año, el fondo ha ganado un asombroso 16%, manteniendo una media del 6% de beneficio a lo largo de sus 26 años de existencia. Sus inversiones se centran en países desarrollados y empresas tecnológicas, proporcionando estabilidad.

¿Podría España tener un fondo así? La clave es tener dinero suficiente para invertir en el exterior, una riqueza que España no posee en la actualidad. Este modelo funciona en países con ingresos petroleros, como Noruega o China.

El fondo noruego ostenta el 1,4% de las acciones de todas las empresas cotizadas en el mundo. En España, el fondo noruego tiene inversiones en una serie de compañías estratégicas, mostrando su presencia global y su impacto en diversos sectores. La envidia por estas pensiones noruegas crece desde la lejanía.