Según El País, el rey emérito Juan Carlos viajará en un vuelo comercial para acudir al funeral de la reina Isabel II. Cumplirá, por voluntad o por necesidad, la petición de las autoridades británicas, que aconsejaron a los invitados a las exequias que fueran en ese tipo de vuelos.

Pero, todos los mandatarios quieren volar al Reino Unido en un vuelo regular. Uno ya se ha saltado esa petición. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, viaja en su avión oficial hasta el Reino Unido. Ha dicho que de toda la vida los primeros ministros australianos se mueven a eventos en avión oficial y que no va a incumplir la norma. Se escuda en la seguridad.

Pero, ¿es una recomendación lo de ir en avión comercial o es una obligación? No se obligaba, se aconsejaba y para que se cumpla con el consejo, el Reino Unido va a poner difícil ir en avión oficial. El aeropuerto principal de Londres, Heatrhow, va a estar cerrado a esos vuelos y a que se se aparquen allí los aviones.

Quien quiera ir en ese tipo de avión o se va a otros aeropuertos o se va a bases militares, si están disponibles. Es lo que puede que haga el presidente de Estados Unidos, que es otro que se va a saltar la recomendación.

Además, las instrucciones enviadas a los asistentes decían que "los representantes en el extranjero invitados a asistir al funeral deberán viajar en autocares escoltados" para evitar embotellamientos y porque es más fácil de gestionar.

Eso era lo que decía, pero las autoridades británicas han dicho que serán flexibles. Que se mirará cada caso y que "dependerá de las circunstancias individuales".

Varias países, diplomáticamente, han pedido que se revise y han protestado. No quieren que sus mandatarios vayan en autocar compartido y quieren ir en su propio coche. Los argumentos son de seguridad y algún país hasta por la edad de su mandatario.

De momento se sabe que el presidente de los Estados Unidos irá en su limusina. Además, las especulaciones van por otros miembros del G7, como el emperador del Japón o el presidente de Francia. Otro más sería el presidente de Israel: la prensa británica apunta a esos nombres.