Exhibición de poder global
Poder, lujo y secreto: la diplomacia sobre ruedas que une a Putin, Trump y otros líderes mundiales
El contexto En la cumbre de Shanghái, Putin y Modi han utilizado la lujosa limusina presidencial rusa para mantener conversaciones privadas lejos de cámaras; al igual que Trump lo hizo con el líder ruso en Alaska.

Vladímir Putin ha dejado claro quién manda en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). El presidente ruso se mostró en plena sintonía con el primer ministro indio, Narendra Modi, y con el líder chino, Xi Jinping, los tres al frente de países que juntos suman unas 6.300 cabezas nucleares y cerca de 11 millones de efectivos militares. No es cualquier reunión: participan 22 países que representan el 23% del PIB mundial y el 40% de la población del planeta. Todo un escaparate de influencia global en plena tensión con Estados Unidos.
Pero la cumbre no es solo cifras y discursos: también hay lujo y espectáculo. Putin y Modi se subieron a la limusina presidencial rusa, un auténtico Rolls-Royce de más de 300.000 euros, con acabados de oro y asientos de cuero 100 % ruso. Durante una hora, pasearon a solas, lejos de cámaras y micrófonos, para hablar de lo que quisieran.
No es la primera vez que Putin utiliza su famosa limusina para impresionar a aliados. En 2024, Kim Jong Un también la condujo en Pyongyang, incluso intercambiando asientos con el ruso. El automóvil mide siete metros, tiene suministro de oxígeno por si hay un ataque químico y, de hecho, Putin llegó a regalarle dos al dictador norcoreano, desafiando las sanciones de la ONU.
Donald Trump también conoce el poder de la 'diplomacia sobre ruedas'. En agosto, el presidente estadounidense paseó con Putin por Alaska en 'La Bestia', su limusina presidencial, sin intérpretes ni asistentes, durante diez minutos de charla privada. El vehículo cuesta 1,5 millones de euros, cuenta con cañones de gases lacrimógenos y ventanillas que no se pueden bajar.