Atraco en siete minutos
El vídeo del millonario robo en el Louvre: los ladrones accedieron al museo haciéndose pasar por obreros
Los detalles Los atracadores llegaron al lugar en moto y subieron a la primera planta en un montacargas. Allí rompieron una vitrina para entrar y salir en siete minutos con ocho joyas de un valor incalculable.

Resumen IA supervisado
Cuatro asaltantes disfrazados de obreros, con chalecos amarillos y pasamontañas, irrumpieron en el Museo del Louvre rompiendo una vitrina y robando ocho joyas del tesoro de Napoleón y Napoleón III. El atraco, que duró solo siete minutos, fue grabado por cámaras de seguridad. Los ladrones accedieron por una zona tranquila, evitando la entrada principal, y huyeron en motos. En su fuga, dejaron atrás la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, dañada. El incidente ha puesto de relieve las fallas de seguridad en los museos franceses, lo que llevó a Emmanuel Macron a anunciar un proyecto de remodelación del Louvre.
* Resumen supervisado por periodistas.
Camuflados con chalecos amarillos. Vestidos como si fuesen obreros. Pero, eso sí, con pasamontañas. Con radiales con la que rompieron una de las vitrinas del Museo del Louvre. De la primera planta del Museo del Louvre. Así entraron al lugar los cuatro asaltantes. Así accedieron al recinto del que sustrajeron ocho joyas. Todo quedó grabado por un miembro de seguridad.
Tal y como recoge la investigación, fueron dos los ladrones que accedieron rompiendo una ventana. Una zona vigilada por una cámara de seguridad. Un lugar al que llegaron con un montacargas situado en la fachada exterior a pie de calle.
Para ello escogieron una zona tranquila, alejada de la pirámide de cristal que es la habitual entrada. Accedieron de manera directa a la galería Apolo, pegada a una de las vías principales que rodean el Sena.
Es algo que les permitió una huida rápida en las mismas motos en las que llegaron tras un atraco que apenas duró siete minutos. "Fue muy rápido", afirma Rachida Dati, ministra de Cultura de Francia.
En ese breve periodo de tiempo los ladrones se llevaron ocho joyas de, como dice Laurent Núñez, ministro del Interior galo, "un valor histórico y patrimonial incalculable". Todas pertenecían al tesoro de Napoleón y de su sobrino, Napoleón III. En su huida perdieron la novena de las joyas, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo que apareció dañada.
El titular del Interior, que ha reconocido "una fragilidad" en la seguridad de los museos de Francia, ha afirmado que tiene "gran confianza" en que "rápidamente" encuentren tanto a los autores como los bienes robados de un atraco que atenta contra un emblema del país. Contra uno de los corazones de su cultura y su patrimonio.
"Robar en el museo del Louvre es algo que puede tener consecuencias y hasta de desestabilizar el sistema cultural y político francés", analiza Matteo Mancini, director del departamento de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid.
Todo, tras una brecha de seguridad en el Louvre de la que avisaron hasta sus propios empleados. Hasta la directora, mediante un comunicado, advirtió de que esto podía pasar. Por la falta de personal, por los problemas por el estado de las instalaciones y por el también del cada vez mayor volumen de visitantes. Porque al final ha pasado lo que decían que iba a pasar.
Lo que ha terminado sucediendo en el museo más visitado del mundo. Por un lugar por el que en 2024 pasaron 8,7 millones de personas. La pirámide, diseñada en los años 80, fue concebida para cuatro millones de visitantes. Por ello, el presidente Emmanuel Macron anunció un gran proyecto de remodelación que contempla un nuevo acceso en el patio conocido como Cour Carrée.
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