La imagen más famosa de la desigualdad cumple 18 años: de un lado, las favelas, y justo en frente, el lujo de piscinas, jacuzzis y pistas de tenis. La foto fue tomada en 2004 en São Paulo, Brasil, y se ha convertido en icono de la desigualdad en todo el mundo.

El fotoperiodista que la hizo, Tuca Vieira, se ha vuelto a subir a un helicóptero para fotografiar exactamente las mismas coordenadas, con el resultado que puede verse en el vídeo que ilustra estas líneas: casi dos décadas después, la única diferencia es que ahora se ha levantado un enorme muro de árboles para que los pobres no vean a los ricos, o al revés. La división, entretanto, es aún mayor y los vecinos del peor barrio de São Paulo viven 23 años menos que los que viven en el mejor.

Algo que no ocurre solo en Brasil: en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se aprecia un contraste similar en las imágenes del fotoperiodista Johnny Miller, que ha dedicado parte de su carrera a capturar a vista de dron estas desigualdades. Tres décadas después del fin del apartheid, la segregación racial aún es evidente.

Una imagen parecida a la que tomó Miller en Ciudad de México: a la derecha, urbanizaciones con jardín y coches aparcados en la puerta y al otro lado, un conglomerado de casa baratas. Allí, solo un 10% de los habitantes de la capital mexicana acapara el 80% de la riqueza.

La escena se repite en Bombay, India, donde fuera de los rascacielos el 60% de la población vive en los llamados 'slums', barrios pobres donde las lonas son lo único que protege a sus habitantes de los monzones. En la capital de Kenia, Nairobi, que presenta los mayores niveles de desigualdad de todo el continente africano, se repite el contraste entre la simetría de un barrio acomodado frente al caos de uno pobre.

La desigualdad es evidente también en las fronteras entre algunos países: la línea que separa las dos Coreas es la frontera más desigual del mundo. A un lado se sitúa Corea del Norte, con un PIB per cápita de 1.700 dólares, una cantidad que se multiplica por 25 en Corea del Sur. Nacer a uno u otro lado supone la diferencia entre subsistir o tener una de las mejores esperanza de vida del mundo.

El contraste es también terrible entre las imágenes de Israel y Palestina, con un PIB per cápita de 6.220 dólares y de 40.145, respectivamente. Otra frontera de desigualdad extrema es la que separa España de Marruecos, que se encuentra entre las 20 más desiguales del mundo: los 14 kilómetros del Estrecho de Gibraltar separan el PIB español del de Marruecos, cinco veces inferior.

Todo ello, en un mundo donde el 10% de la población acapara tres cuartas partes de la riqueza del planeta.