Aparte del debate político, las largas sesiones en el Congreso, como la de hoy con la moción de censura, siempre nos dejan muchas imágenes, muchos detalles que también trasladan información.

Por ejemplo, Sánchez no ha usado la palabra "patético" en su discurso. Pero es lo que piensa de Abascal. Lo dice dos veces después de escuchar al líder de la extrema derecha defender su papel durante la pandemia. Presumía de las iniciativas que habían presentando en materia sanitaria.

Ramon Tamames no ha aplaudido ninguna de las intervenciones de Santiago Abascal, del líder de la formación que le ha presentado como candidato. Diez menos cuarto de la mañana. Abascal termina su primera intervención y toda la bancada de Vox se pone en pie y aplaude salvo Tamames, que se mantiene impasible, ni se ha inmutado. La siguiente es a las once de la mañana. Segunda intervención del líder de la extrema derecha. ¿Y qué hace Tamames? Exactamente lo mismo. No reacciona. Ni siquiera cuando pasa Abascal por detrás de él. Ni le mira. En la tercera, a las once y veinticinco, Tamames vuelve a quedarse inmóvil.

Otro detalle que nos dice cosas sobre lo que hemos vivido hoy en el Congreso de los Diputados. La impaciencia de Tamames. Su intervención inicial ha durado 52 minutos. Pero cuando han sido otros los que han tomado la palabra, ahí ya se le hacía largo. Se le ha notado sobre todo con la primera réplica que le ha dado el Presidente del Gobierno. Le ha interrumpido en plena intervención.

Y otro detalle más. Santiago Abascal ha aprovechado la moción para hacer una crítica estilística en el Congreso, para reprender a algunos diputados por su ropa. Ha usado la palabra "decoro". Luego le ha contestado Joan Baldoví: "Señor Abascal, el decoro a esta Cámara no está en llevar la chaqueta a punto de reventar. La dignidad se lleva en el alma, no en una corbata o una pulsera. Prefiero ir en mangas de camisa y defender a los trabajadores y a las mujeres que ir con chaqueta y corbata y defender todo lo contrario".