¿Trump-Cola?
Mucho antes de EEUU, estaba un pueblo valenciano: el origen de la Coca-Cola que pocos conocen
Los detalles En Aielo de Malferit fabricaban a finales del siglo XIX un Jarabe Superior de Kola Coca con hoja de coca y nuez de kola que acabaría vendiéndose por todo el mundo. La compañía estadounidense tuvo que comprar su patente para entrar en España.

Donald Trump ha vuelto a hacer de las suyas. Ahora asegura que ha convencido a Coca-Cola para que cambie su receta secreta en Estados Unidos: fuera el jarabe de maíz y vuelta al azúcar de caña, como "en los buenos tiempos".
Y aunque la compañía no ha confirmado ni desmentido nada, el presidente norteamericano ya va por delante: afirma que su apellido aparecerá en la etiqueta de esta nueva versión. Sí, como lo lees: Trump-Cola.
La historia tiene todos los ingredientes que le gustan: nostalgia, patriotismo y azúcar. Mucha azúcar. Trump siempre ha sido fan declarado de la Coca-Cola. Tanto que instaló un botón rojo en el Despacho Oval para pedir una cada vez que le apetecía.
Pero lo que igual no sabe —o no quiere saber— es que la bebida que él considera tan estadounidense podría tener su origen… en Valencia.
De la Casa Blanca a Aielo de Malferit
Para llegar al lugar donde podría haberse cocinado la primera Coca-Cola hay que cruzar medio mundo. Un vuelo de unas nueve horas y más de 6.500 kilómetros separan Washington del pequeño municipio de Aielo de Malferit, en el interior de Valencia. Un pueblo tranquilo, con menos de 5.000 habitantes y una historia sorprendente.
Allí, hace 145 años, una destilería local elaboró por primera vez una bebida que llamaron Jarabe Superior de Kola Coca. La fórmula llevaba hoja de coca del Perú y nuez de kola, una combinación que daba como resultado un licor dulce y aromático que empezó a venderse por todo el mundo como "el más exquisito e higiénico de los licores".
Tenía incluso el aval de las "eminencias médicas" del momento. Casi nada.
¿Y si la Coca-Cola no nació en Atlanta?
Casi al mismo tiempo, en Atlanta, el farmacéutico John Pemberton patentó la receta de una bebida muy parecida. ¿Casualidad? ¿Inspiración? ¿Plagio? La duda lleva más de un siglo flotando en el aire.
Lo que sí está documentado es que, para poder vender su Coca-Cola en España, la empresa estadounidense tuvo que comprar la patente que ya estaba registrada por los valencianos. Les pagaron entre 30.000 y 50.000 pesetas de la época a cambio de los derechos.
La versión oficial es que todo se hizo con buen talante… aunque con el tiempo, la relación entre ambas partes se tensó. En Aielo aseguran que la fórmula original aún se guarda bajo llave en una caja fuerte de la fábrica.
Hoy Coca-Cola asegura que es "una bebida de todo el mundo". Pero si hay un lugar que puede reclamar parte de su origen, ese es Aielo de Malferit.
Mientras tanto, Trump sigue haciendo campaña —esta vez con azúcar—, asegurando que ha logrado "mejorar" su bebida favorita. Una bebida que, por cierto, ya tenía su receta ganadora mucho antes de que él soñara con el botón rojo del Despacho Oval. Y mucho antes de que se le ocurriera algo tan loco como llamarla Trump-Cola.