La ultraderecha prometió venganza
Militares investigados, empleados despedidos y cómics censurados: la campaña de persecución por Charlie Kirk
Los detalles La muerte del líder conservador ha desencadenado una purga que va más allá de la política, llegando a empresas privadas, instituciones educativas y el mundo cultural.

La muerte de Charlie Kirk ha desatado una ola de persecución sin precedentes en Estados Unidos. Lo que comenzó como un duelo político y mediático ha derivado en una campaña sistemática de censura, despidos y amenazas, impulsada por grupos ultraderechistas y sectores del trumpismo que buscan imponer un único relato: llorar a Kirk "con respeto" o enfrentarse a las consecuencias.
Universidades como la de Mississippi y la de Middle Tennessee han sido escenario de los primeros movimientos. Varios empleados fueron despedidos por comentarios que, según las instituciones, "contradecían sus valores fundamentales". Pero la presión no se quedó en el ámbito académico: periodistas, trabajadores de restaurantes, e incluso pilotos han sido señalados en redes sociales y campañas coordinadas de activistas de ultraderecha. Tres grandes aerolíneas justificaron decenas de despidos bajo la misma lógica: no condenar públicamente la muerte de Kirk equivalía a desalinearse de los valores corporativos.
El Departamento de Guerra no quedó al margen. Con el lema 'Tolerancia cero', investiga a sus militares y releva de sus cargos a quienes no hayan censurado la muerte del líder conservador. La Secretaría de Transportes de la Administración Trump ha celebrado a quienes han ejecutado estas medidas, reforzando la idea de que la lealtad al líder se mide también en la manera de reaccionar ante su muerte.
Pero la persecución trasciende lo laboral o institucional. Ciudadanos comunes han sido incluidos en listas negras por apenas expresar opiniones moderadas o críticas en redes sociales. No hace falta ser influencer ni tener miles de seguidores: un comentario considerado insuficientemente respetuoso puede bastar para aparecer en la base de datos ultraderechista 'Los asesinos de Charlie Kirk'. Incluso el mundo del entretenimiento ha sentido la presión: la serie de cómics 'Red Hood' sufrió censura por declaraciones de su autora sobre Kirk.
Esta campaña se ha convertido en una herramienta política. Para el trumpismo y la ultraderecha, atacar a quienes no se alinean con la narrativa oficial sirve para consolidar la movilización de su base, señalar a la izquierda radical y presentarse como víctimas de un ataque constante. Las calles de California han visto marchas de movimientos fascistas que llaman abiertamente a la "lucha por Charlie Kirk", mientras la sociedad estadounidense se enfrenta a un clima de polarización y persecución política sin precedentes.
La muerte de Kirk ha demostrado que, en ciertos sectores del país, expresar una opinión propia puede costar un empleo, la reputación o incluso la libertad de expresión. Lo que empezó como un duelo político se ha transformado en una cacería que marca un nuevo nivel de crispación social, y que amenaza con normalizar la persecución como herramienta de control político.