Idiomas, querida

Merz propone que la IA haga de traductor oficial en Europa: ¿Podemos realmente dejar de aprender idiomas?

Só, pero... Aunque la tecnología traduce rápido y sin pausas, las lenguas minoritarias, los matices culturales y los textos legales o científicos todavía necesitan manos y cerebros humanos. La inteligencia artificial ayuda, pero no reemplaza.

Merz propone que la IA haga de traductor oficial en Europa: ¿Podemos realmente dejar de aprender idiomas?

El canciller alemán, Friedrich Merz, puso el tema sobre la mesa tras la petición de Pedro Sánchez de que el catalán sea oficial en la Unión Europea. Su propuesta fue directa: "Gracias a la inteligencia artificial ya no necesitaremos intérpretes". Sí, la tecnología alemana al rescate.

La pregunta es obvia: ¿significa esto que podemos dejar de estudiar idiomas? La respuesta corta: no. La IA hoy permite traducciones en tiempo real, conversaciones por teléfono o con auriculares, e incluso traducciones de textos sencillos.

Pero, como apunta María Rosario Martín Ruano, catedrática de Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca, "cuando se trata de textos legales, científicos o sanitarios, la IA solo da una base; hay que pulirla para no perder matices, dobles intenciones o argot".

En otras palabras, funciona muy bien con idiomas muy hablados y relacionados entre sí, como inglés, francés o español. Pero con lenguas minoritarias o muy distintas, como el suajili, la precisión se reduce drásticamente. Por mucho que la IA pueda 'aparentar' conocimiento de un idioma, aún no entiende todas las sutilezas humanas.

Algunos, como Elon Musk o responsables de Apple, ya apuestan por enseñar programación antes que idiomas, confiando en que los sistemas de traducción automática lo resolverán todo. Pero para los expertos, aprender idiomas sigue siendo imprescindible. La IA puede ayudar, pero no sustituye la comprensión real de un idioma, la riqueza de sus matices ni la capacidad de comunicarse con auténtica profundidad.

Así que, de momento, no, no podemos olvidarnos de los idiomas. La inteligencia artificial promete mucho, pero los idiomas humanos todavía nos necesitan… y nosotros a ellos.