Trump contra los medios

La libertad de expresión en riesgo: Donald Trump controla quién puede hablar y quién no

Los detalles Lo que empezó como insultos y críticas en redes sociales se ha vuelto una estrategia completa: vetos a medios, juicios millonarios y presión constante. Hoy, criticar a Trump se ha convertido en un riesgo real para periodistas y cadenas.

La libertad de expresión en riesgo: Donald Trump controla quién puede hablar y quién no

Donald Trump no ha perdido ni un minuto en volver a poner el ojo en los medios de comunicación y los presentadores que se atreven a criticarlo. La última 'cabeza cortada' es Jimmy Kimmel, el presentador DEL programa 'Jimmy Kimmel Live!' que se suma a la lista de periodistas y shows que han sentido su furia. Antes cayeron Stephen Colbert o 'Saturday Night Live', y en sus redes sociales Trump ya ha dejado claro quiénes siguen en su lista: Jimmy Fallon y Seth Meyers, a quienes ha calificado sin rodeos como "completos perdedores".

Pero, ¿por qué tanto miedo en las cadenas? La respuesta tiene nombre y apellido: Brendan Carr. Este hombre, mano derecha de Trump en la Comisión Federal de Comunicaciones, controla la radio, televisión, satélite y cable en EEUU. Y no duda en usar ese poder. Ya ha amenazado con revocar licencias de cadenas que considere "una amenaza para la democracia", es decir, cualquier medio que no se doblegue a los mensajes del Gobierno.

Trump avisó en su primera presidencia: estaba en guerra con los medios, y ahora lleva esa guerra a otro nivel. No se trata solo de insultos; va más allá: vetos, censura y persecución judicial. En menos de 48 horas ha bloqueado a una cadena australiana, les ha cerrado la puerta en ruedas de prensa y ha ordenado perseguir a periodistas de 'ABC', que además tuvieron que pagarle 15 millones de dólares por difamación en un caso relacionado con acusaciones de abuso sexual.

Y no se detiene ahí. También ha demandado al 'New York Times' por 15.000 millones de dólares, en un claro intento de desgastar económicamente a los medios críticos y silenciar voces incómodas. Insultos, vetos, demandas… todo apunta a una estrategia pensada para amedrentar a periodistas y limitar lo que pueden decir.

Lo que está ocurriendo se acerca peligrosamente a un escenario donde la libertad de expresión deja de ser una garantía. Trump no solo critica, sino que busca castigar, silenciar y controlar los medios. Y mientras algunos tiemblan ante posibles represalias, la pregunta queda en el aire: ¿hasta dónde puede llegar el poder de un presidente sobre quienes informan y critican?