Han pasado más de 20 años desde que Nevenka Fernández denunció públicamente al entonces alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, por acoso sexual. Su valentía no solo la convirtió en la primera mujer en lograr la condena de un político por este delito en España, sino que también abrió el camino para que otras mujeres comenzaran a alzar su voz en un contexto donde la sociedad dejaba solas a las víctimas.
En su primera entrevista televisiva, conducida por Ana Pastor, Nevenka recordó el dolor y la soledad que vivió, pero también destacó la importancia de haber hablado. "Hablar me salvó la vida", afirmó. "Si lo puedes expresar, ya no te causa ese daño interno", explicó, subrayando cómo la denuncia fue su salvavidas en medio del acoso que sufría.
Aunque hoy en día la sociedad ha avanzado en visibilizar la realidad del acoso sexual, los datos siguen siendo alarmantes. Según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, más de 1,4 millones de mujeres en España han sido víctimas de acoso sexual en su lugar de trabajo. Sin embargo, solo una minoría denuncia. El 72% de las víctimas, según cifras de CCOO, no informa a sus empleadores, y el 62% teme sufrir represalias.
Fernández, en su entrevista, señaló cómo en su caso, tras la denuncia, muchos le dieron la espalda. Hubo manifestaciones de apoyo al agresor, pancartas insultantes hacia ella, y la incomprensión fue generalizada. Sin embargo, 20 años después, las cosas han cambiado. Hoy existen protocolos específicos en las empresas y guías de actuación del Ministerio de Igualdad. Entre 2018 y 2022, se han llevado a cabo más de 3.400 inspecciones relacionadas con el acoso sexual, una señal de que el problema ya no se oculta en las sombras.
"Denunciar sirvió", dijo Fernández con firmeza. "Conseguimos que se hiciera justicia y que muchas más mujeres supieran que no están solas". Su lucha no solo cambió su vida, sino la de miles de mujeres que ahora saben que, aunque el camino es difícil, la justicia es posible.
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