Boicot a Israel... Ahora

Gaza arde, pero Israel no falta a ninguna cita internacional: de la Euroliga a Eurovisión, pasando por La Vuelta

¿Por qué es importante? A pesar de las protestas en Madrid que suspendieron el final de La Vuelta, Israel sigue participando y patrocinando competiciones y eventos culturales en todo el mundo, mientras en Gaza ya son más de 64.900 las víctimas de los ataques israelíes desde la ofensiva iniciada el 7 de octubre de 2023.

Gaza arde, pero Israel no falta a ninguna cita internacional: de la Euroliga a Eurovisión, pasando por La Vuelta

La Vuelta ciclista a España se paró en Madrid. Pero no fue por ninguna orden del Gobierno, ni por un gesto institucional. Se paró porque la gente salió a la calle y lo impidió. Fue la ciudadanía la que rompió la normalidad de una carrera que, desde el principio, ya contaba con la participación del equipo israelí. No hubo sorpresa, las instituciones lo sabían.

La raíz de los altercados tiene que ver con el BDS, un movimiento palestino que lleva 20 años funcionando y que busca boicotear los intereses de Israel en todo el mundo. Su objetivo es impedir que el Estado israelí utilice grandes eventos deportivos o culturales para blanquear su imagen mientras comete lo que definen como un genocidio en Gaza. Inspirados en la campaña internacional que contribuyó al fin del Apartheid en Sudáfrica, ejercen también presión sobre empresas occidentales que, según denuncian, ayudan a mantener al "régimen opresor israelí".

Aun así, Israel sigue presente en todas partes. En La Vuelta no faltó dinero público: Correos, Paradores y Loterías pusieron más de un millón de euros en patrocinios. En el caso de Correos, el contrato está firmado hasta 2027. ¿Romperán el acuerdo? Nadie responde. Simplemente aplazan el debate, como si el tiempo fuese a resolverlo solo.

Ese "ya veremos" se repite en otros escenarios. Eurovisión, por ejemplo. Israel ha competido en 2024 y en 2025, incluso como patrocinador del festival. El año pasado, con más de 50.000 muertos en Gaza, quedó segundo. Ningún país se retiró por su presencia. Todos miraron hacia otro lado mientras las cámaras seguían repartiendo sonrisas y banderas de colores.

En el deporte pasa lo mismo. Israel está en todas. Este verano sonó su himno en un campeonato de descenso de MTB en Girona. Sus equipos juegan en la Euroliga, compiten en el Giro de Lombardía, estuvieron en el Mundial de Atletismo, buscan plaza en el Mundial de fútbol de 2026, participaron en el Eurobasket y en la clasificación de la Eurocopa 2024, han desfilado en los Juegos Olímpicos de verano e invierno, en los Paralímpicos y hasta en el Mundial de Natación. Si hay competición, ahí está Israel.

Todo esto mientras Gaza sigue bajo fuego. Mientras las bombas caen, el calendario internacional avanza como si nada. Y aquí, con Israel, las decisiones siempre llegan tarde. El último ejemplo: el decreto para el embargo de armas. Hoy, otra vez, volvió a aplazarse.

Israel está en todas. La diferencia es que, esta vez, en Madrid, la gente decidió estar también.

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