Esta historia surrealista ha ocurrido en Argentina. Los protagonistas son dos niños: Valentín y Lorenzo. Tienen 45 días y son gemelos. Es imposible saber quién es quién. No lo sabe ni su madre, y es literal. Sofi, que así se llama, confiesa que es incapaz de distinguirlos. La confusión ha llegado a tal punto que ha tenido que acudir a la policía en busca de ayuda. Ella misma lo explica en su cuenta de Twitter. Necesita registrar sus huellas dactilares para poder diferenciarlos.

Una petición para evitar que vuelva a pasarles lo que les ocurrió nada más nacer: a uno de los bebés le pusieron dos vacunas. Y al gemelo, ninguna. Gracias a esa marca que le ha dejado la doble vacuna en el brazo, Sofi ya diferencia a sus hijos. El problema es que sigue sin saber quién es Valentín y quién es Lorenzo. Una historia que aunque parezca graciosa y divertida plantea más problemas y quebraderos de cabeza a su madre de los esperados. Saber quién es quién es imprescindible para poder diferenciar, entre otras cosas, sus historiales médicos y que no se crucen sus datos.