El presidente argentino, Javier Milei, ha anunciado un nuevo objetivo en su agenda política: las islas Malvinas, un archipiélago disputado a pocos kilómetros de Argentina y bajo control del Reino Unido desde 1833. Con una población de aproximadamente 3.000 habitantes, las Malvinas han sido el centro de una histórica disputa territorial entre ambos países, que llegó a su punto máximo con la guerra no oficial de 1982.

Durante la dictadura militar en Argentina, el régimen buscó recuperar las Malvinas, utilizando el nacionalismo como herramienta para obtener apoyo popular. En un acto histórico, las tropas argentinas tomaron las islas e izaron su bandera por primera vez en más de un siglo. Sin embargo, esta acción desencadenó una respuesta inmediata del Reino Unido, liderado por la primera ministra Margaret Thatcher.

Sin miramientos, el Reino Unido desplegó submarinos nucleares, portaviones y más de 25.000 soldados para defender su soberanía sobre las Malvinas. Argentina, por su parte, respondió con 23.000 hombres, aviones y buques de la Armada. El enfrentamiento escaló rápidamente, evidenciando la grave situación militar.

En mayo de 1982, la guerra tomó un giro trágico cuando un submarino británico hundió el buque militar argentino Belgrano, cobrando la vida de 320 soldados en el único caso de un barco hundido en guerra por un submarino nuclear. La respuesta argentina no se hizo esperar, hundiendo otro barco británico desde el aire.

Sin embargo, a pesar de la valentía y determinación de las tropas argentinas, el conflicto culminó en una devastadora pérdida de vidas. Casi 900 personas, entre soldados argentinos, británicos y civiles, perdieron la vida en los 72 días de enfrentamiento. Finalmente, Argentina se rindió, sus tropas estaban menos preparadas, su armamento no era tan modernos y el frío jugó en su contra, no estaban bien equipados para las temperaturas de invierno tan cerca de la Antártida.

¿Qué tienen de especial las Malvinas?

Las Malvinas no solo representan un símbolo de soberanía para Argentina, sino que también son de gran importancia estratégica debido a sus recursos naturales, su ubicación estratégica en el Atlántico y su relevancia en la industria pesquera y agrícola.

A pesar de los llamados de la ONU a una resolución pacífica del conflicto, la disputa continúa, con Argentina reclamando su soberanía, mientras que el Reino Unido se mantiene firme en su control sobre el archipiélago.