Sin gafas, sin futuro
La infancia que no ve: 721.000 niños viven atrapados en la pobreza visual
Las consecuencias Crecen sin poder enfocar, sin entender del todo lo que ocurre a su alrededor, mal diagnosticados, desatendidos. La pobreza visual es silenciosa, pero arrastra a miles de niños al aislamiento y al fracaso escolar.

El Gobierno ha anunciado una ayuda de 100 euros anuales para menores de 16 años que necesiten gafas o lentillas, independientemente de la renta familiar o el lugar de residencia. Se trata de una medida destinada a combatir una realidad silenciosa, pero alarmante: más de 721.000 niños en edad escolar tienen problemas de visión no corregidos.
Este dato representa más del 8% del total de menores escolarizados en el país. Para muchos de ellos, ver borroso o con dificultad forma parte de su rutina diaria. Y lo más preocupante es que, en la mayoría de los casos, esta situación no se detecta a tiempo. A diferencia de otros problemas de salud, la pérdida de visión no genera dolor y suele pasar desapercibida, especialmente en entornos con escasos recursos, donde las prioridades se centran en necesidades urgentes como la alimentación o la vivienda.
El coste medio de unas gafas en España es de 197,35 euros. Una cifra inasumible para muchas familias, especialmente teniendo en cuenta que los niños necesitan revisiones periódicas y cambios frecuentes de graduación. Según los datos más recientes, el 37% de la población española no puede afrontar gastos imprevistos, lo que deja a miles de menores sin acceso a una corrección visual adecuada.
Las consecuencias de este problema son profundas. Dificultades de comprensión, retrasos en el desarrollo del lenguaje, exclusión social y bajo rendimiento académico son algunas de ellas. Se estima que un 30% de los menores con problemas visuales no tratados acaba en situación de fracaso escolar, y en muchos casos son erróneamente diagnosticados con trastornos de atención o aprendizaje.
Esta situación no se puede desvincular del contexto socioeconómico. Estos más de 700.000 niños forman parte, en su mayoría, de los 2,7 millones de menores que viven en riesgo de pobreza en España, lo que representa el 29,5% de la infancia y sitúa al país con la tasa de pobreza infantil más alta de toda la Unión Europea.
La nueva ayuda pretende aliviar parte de esta carga, garantizando que ningún niño o niña quede excluido del aprendizaje y del desarrollo por no poder ver bien. Es un primer paso hacia una política que reconozca que la salud visual infantil no debe depender del nivel de ingresos del hogar, sino considerarse una cuestión de equidad y justicia social.