El fundador de Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia), el partido que desde ahora gobernará previsiblemente Italia, es Giorgio Almirante. Al asumir la presidencia de la formación, Giorgia Meloni, gran triunfadora de la noche electoral italiana, pidió ocupar su despacho y no el de Gianfranco Fini, que había tratado de moderar las posiciones del posfacismo. Porque el neofascismo no esconde sus orígenes ni en lo más evidente: el logo. La extrema derecha italiana aún mantiene esa llama tricolor, con los colores de su bandera. La misma llama que la del primigenio Movimiento Social Italiano.

Una formación absolutamente entroncada con Mussolini. Con 15 años, Meloni bajó las escaleras de su casa para afiliarse a las juventudes de ese partido, que ocupaba el local de la planta inferior. Por eso sigue alabando a Giorgio Almirante; como ella diría, sin complejos, cada vez que tiene ocasión. La última vez fue con motivo del último aniversario de su muerte, en el mes de mayo. Lo describía como "un hombre valiente, honesto, respetado y querido... un gran político que la derecha italiana no olvida". Pero ¿quién es Giorgio Almirante?

Pista: Era amigo de Blas Piñar. ¿Quién es el referente de Giorgia Meloni? Aunque ella insiste en que no es fascista, lo cierto es que de su despacho todavía cuelga la fotografía del que fuera miembro del último gabinete de Benito Mussolini. De hecho, el dictador estaba presente de una u otra forma en cada uno de sus actos. Almirante fue fundador y principal exponente del Movimiento Social Italiano, que trató de presentar como una "derecha nacional". Fue acusado de conspiración, por "intentar revivir el fascismo".

Finalmente, perdió su escaño y, tras ejercer como diputado europeo, abandonó voluntariamente la formación. Para la historia quedan sus dotes como orador: "La derecha es coraje o no es, es libertad o no es, es nación o no es. Por eso te digo ahora, la derecha o es Europa o no es. Y te digo algo más: Europa o se va a la derecha o no". Almirante también fue líder de los llamados 'misinos', como se conocía a los militantes de un partido en cuyas bases dominaban nostálgicos del fascismo.

De ahí su complicidad con quien lo presentaba en un multitudinario acto en la Plaza de Toros de Aranjuez a principios de los 80. Era Blas Piñar, amigo íntimo con el que visitó el Valle de los Caídos, las tumbas de Franco y Primo de Rivera, en uno de sus populares viajes a España. "Con vosotros en la gloria, con vosotros en el peligro, con vosotros por Europa, por Italia y por España, una, grande y libre", llegó a pronunciar en ese evento.

De una mano, se reivindicaba como el ala izquierdista del partido; de la otra, acuñaba un lema: 'No renegar del fascismo, sino restaurarlo'. Fascismo, al fin y al cabo. El destino quiso que falleciera apenas horas después de su socio fundador, con el que apostó por una vía más conservadora que revolucionaria. Entre sus adversarios todavía recuerdan un gesto: asistió al funeral del líder del Partido Comunista Italiano para sorpresa de todos los asistentes.