Unidas Podemos propone eliminar los vuelos cortos cuando haya una alternativa en tren de menos de cuatro horas, una medida que supondría suprimir el puente aéreo entre Barcelona y Madrid, que realiza 86 viajes semanales entre ambas ciudades en los que casa pasajero emite durante el trayecto 115 kilos de CO2, en una ruta que dura una hora y 15 minutos. Si prosperase esta enmienda, estos vuelos pasarían a la historia.

Pero el puente aéreo Madrid-Barcelona no sería el único trayecto que desaparecería, sino que también podrían hacerlo otras 10 líneas más, de las que prácticamente todas afectan a Madrid como centro de interconexión con el resto de España: sus conexiones con el sur de España -Sevilla, Málaga, Granada, Jerez-, con el norte -A Coruña, Santiago y Logroño- y con el Mediterráneo -Valencia y Alicante-. También desaparecería la conexión Barcelona-Valencia.

¿Cómo se traduce esto en cifras? Desaparecerían 55.000 vuelos, con lo que otros tantos aviones 55 dejarían de surcar nuestros cielos y, por tanto, dejarían de contaminar. Una cifra que representa el 13% de todos los vuelos que se produjeron en España en 2019, año de referencia porque aún no hay datos de 2022 y es más representativo que 2020 y 2021 por la pandemia.

¿Qué dicen las aerolíneas? Las compañías alegan que el impacto medioambiental de eliminar estos vuelos sería mínimo y que ellos ya están llevando a cabo una transición hacia la descarbonización. Además, argumentan que esto tendría un impacto en la conectividad no solo nacional sino también internacional: por ejemplo, dicen, alguien que vaya desde Valencia a Madrid para coger un vuelo a Nueva York tendría que ir en tren hasta Madrid en vez de hacer una simple escala.

¿Qué opina el Ministerio de Transportes sobre la enmienda de Unidas Podemos? Desde el departamento que dirige Raquel Sánchez defienden que ante todo el Gobierno está comprometido con cumplir con los objetivos climáticos de la Unión Europea para 2030 y 2050 y señalan que este tipo de medidas hay que estudiarlas con cuidado para valorar su efectos en el sector del transporte aéreo y si tienen efectividad o no.

Por último, desde el Ministerio aseguran que en estas líneas que se quieren eliminar ya se ha reducido bastante el tráfico de pasajeros gracias a la alternativa que supone la alta velocidad en España y que está habiendo un trasvase de pasajeros del avión al AVE.

En Francia, entretanto, van por delante: el Gobierno galo fijó la prohibición para este tipo de vuelos siempre que hubiera trenes que tardaran menos de dos horas y media. La medida iba a afectar a ocho líneas, pero perdió algo de fuerza porque la Comisión Europea excluyó los vuelos que sirvieran de conexión internacional, así que se quedó solo en tres líneas. El siguiente paso fue abrir una especie de consulta pública al respecto y ahora es el Consejo de Estado francés quien tiene la última palabra.