El encuentro casual con Kate Middleton en la calle debería haber sido un momento fugaz, pero se convirtió en el epicentro de un bulo persistente. A pesar de que el hombre que grabó el video aseguró que era real y que era ella la que aparecía en la imagen, la espiral de desconfianza se desató.

"¿Qué más necesitan los trolls para dejarla en paz?" se ha preguntado el autor del vídeo. Pero todo apunta a que esta ola de teorías no parará y que los usuarios seguirán incendiando las redes. Incluso ante la idea hipotética de una prueba de ADN, algunos ya auguran teorías de manipulación. Esta situación subraya una verdad incómoda: cuando se quiere creer en una conspiración, la realidad poco importa.

La leyenda urbana sobre la muerte de Paul McCartney y su supuesto doble es una de las teorías conspirativas más fascinantes y duraderas. Los detalles son meticulosamente analizados por los seguidores de esta teoría: desde la icónica portada del álbum "Abbey Road", interpretada como una procesión fúnebre, hasta mensajes ocultos en las canciones al ser reproducidas al revés. McCartney ha desmentido estas afirmaciones en múltiples ocasiones, incluso tomándoselo con humor y lanzando un disco titulado "Paul está vivo". Sin embargo, la duda persiste en el imaginario colectivo, demostrando la potente mezcla de misterio y música.

Britney Spears y Avril Lavigne han sido objeto de bulos similares, donde se especula sobre la posibilidad de que hayan sido reemplazadas por dobles. Los argumentos van desde discrepancias en tatuajes hasta cambios en la apariencia física. Estas teorías son alimentadas por el intenso escrutinio público y la fácil diseminación de rumores en redes sociales, creando un caldo de cultivo perfecto para la especulación y el misterio. A pesar de los esfuerzos de las artistas por desmentir estos rumores, las teorías sobre su suplantación continúan circulando, evidenciando la compleja relación entre celebridades y su audiencia en la era digital.

Uno de los bulos más extravagantes es el que rodea a Beyoncé, impulsado por un político americano que afirmó que la cantante en realidad es italiana y se hace pasar por afroamericana, una teoría infundada. Lo más insólito es que, a pesar de la falta de pruebas y la naturaleza absurda de estas afirmaciones, encuentran eco en ciertos sectores.