En medio de crecientes tensiones en Oriente Medio, la posibilidad de un ataque por parte de Irán ha suscitado preocupaciones sobre las consecuencias catastróficas que podría desencadenar.

Irán ha demostrado históricamente su capacidad para sacar provecho de situaciones de conflicto, utilizando dos estrategias principales. En primer lugar, financia y apoya a diversas milicias en toda la región, incluyendo grupos como Hamás en Gaza, Hezbolá en Siria, Irak y Yemen. Esta financiación no solo les proporciona recursos materiales, sino también una influencia política significativa en la región.

Además, Irán se ha ganado el favor de la población civil al proporcionar ayuda en la reconstrucción tras los conflictos. Desde la reconstrucción de mezquitas y escuelas en Líbano e Irak hasta proyectos similares en Yemen, Irán ha utilizado esta estrategia para consolidar su posición y ganar apoyo entre la población local.

¿Por qué le va bien a Irán?

Irán ha expresado abiertamente su odio hacia Israel, tanto que tiene en una plaza de Teherán una cuenta atrás para destruirlo. Las relaciones entre Israel y Estados Unidos también han sido objeto de escrutinio, ya que Israel enfrenta numerosas críticas por su ofensiva en Gaza, lo que podría provocar tensiones adicionales con su aliado estadounidense.

Por su parte, Irán sigue buscando mantener a Arabia Saudí alejada de cualquier acercamiento con Israel, lo que complica aún más el panorama geopolítico en Medio Oriente.