Voces que no se olvidan

Dolor, indignación y valentía: las víctimas de la DANA llenan de humanidad el Congreso

Los detalles Entre lágrimas, indignación y recuerdos dolorosos, los familiares de la DANA denuncian cómo la tragedia podría haberse evitado, exigen respuestas y se convierten en la voz de los 229 que ya no pueden hablar por sí mismos.

Dolor, indignación y valentía: las víctimas de la DANA llenan de humanidad el Congreso

El Congreso ha escuchado este martes historias que desgarran el corazón. Dolores Ruiz, que perdió a su marido y a dos de sus hijos en la DANA que arrasó Valencia hace un año, no pudo contener las lágrimas: "Un infierno lo que yo viví. Fuimos mi hermana y mis hermanos a buscarlos… y no los vimos. Esto no se puede… ver cómo se te van tus hijos, tu marido… Tengo pesadillas. No sé cómo el señor me ha dejado viva, pero estoy muerta por dentro".

Este martes, cinco víctimas llenaron el hemiciclo de humanidad, dolor y dignidad, recordando a los 229 que ya no están. Sus relatos emocionaron incluso a diputados que no aplaudieron. Todos coincidieron en agradecer que les dejaran ser los primeros en comparecer ante la comisión de investigación, aunque lamentan que en el Senado no se les quiera escuchar.

María Teresa perdió a su hermana, a su cuñado y a su sobrino: "Ese día no solo se rompió una familia, se rompió nuestra alma. Desde entonces, cada día es una batalla silenciosa". Rosa, que sobrevivió junto a su único hijo tras perder a su marido y a dos hijos, contó cómo su hijo "era el apoyo de su hermana y de su padre, y ahora no tiene a nadie". Carmina recordó la muerte de su suegra en una residencia: "Intentábamos rescatarla mientras nadie respondía a nuestras llamadas. Fue una muerte lenta y desesperante, y hubo muchos que pasaron por lo mismo".

Rosa también relató la angustia de perder a su padre: "Gritábamos, llorábamos… hasta que se cortó la llamada. Fue la última vez que hablé con él".

Los testimonios señalaron directamente a quienes consideran responsables de la catástrofe. "Sobre todo falló la responsabilidad de un gobierno autonómico", dijo Carmina. Rosa añadió: "No podían controlar la lluvia, pero sí podían decirnos cómo ponernos a salvo". María Teresa resumió el sentimiento de todos: "Si se hubiera hecho lo que debía, mi hermana y mi cuñado seguirían vivos".

A pesar del dolor, su mensaje fue claro: no van a callarse. Su lucha es para que esto no vuelva a pasar y para reclamar justicia por los 229 que ya no pueden pedirla. Hoy han hablado por ellos, por quienes sufren y por todos los que aún esperan respuestas.

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