Una compañía norteamericana está clonando a las mascotas con más seguidores en redes sociales para que puedan seguir generando ingresos para sus dueños tras fallecer.

Un ejemplo es Willow, un perro 'influencer' que en 2017 acumulaba 160.000 seguidores. En 2018, sufrió un accidente y murió atropellado, por lo que sus dueños decidieron clonarle. Así nació 'Phoenix', que continúa teniendo fans en Instagram. Junto a él, otros cinco cachorros clonados posan juntos y anuncian productos.

Pero, ¿cómo surgió el negocio? Clonar un perro cuesta unos 40.000 euros, gatos 35.000 y caballos hasta 80.000. Además, se pueden clonar animales aún con vida. La pionera en clonaciones fue Barbra. En 2017 la Streisand clonó a Samantha y obtuvo cuatro cachorros genéticamente idénticos: uno de ellos murió, otro lo regaló y ella se quedó con Violet y Scarlet.

No se trata de una práctica prohibida en España, de hecho, se suele hacer con caballos gracias a las células madre. Sin embargo, hacerlo con mascotas aún no está extendido.