La lucha contra el narcotráfico en el mar es una operación compleja y coordinada que comienza en el preciso momento en que una narcolancha es detectada. Ya sea por investigaciones previas, por su audaz desplazamiento sin ocultarse, o gracias a la tecnología punta como cámaras, radares y sistemas de vigilancia especializados, el inicio del operativo marítimo es crítico.

La detección temprana permite a las fuerzas del orden organizar una respuesta rápida y eficaz, poniendo en marcha un dispositivo que pone a prueba la pericia y la estrategia en el vasto tablero del mar.

La importancia de contar con medios técnicos de primera línea es clave en esta batalla. Las patrulleras, armadas y listas, se lanzan al mar con el objetivo de interceptar y perseguir a las narcolanchas, demostrando la relevancia de tener embarcaciones operativas, rápidas y eficientes que puedan cubrir diferentes zonas y mantenerse en perfecto estado para la acción.

Esta fase del operativo destaca por su intensidad y dinamismo, donde cada segundo cuenta y la capacidad para reaccionar rápidamente puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso en la misión de cortar el flujo de drogas hacia España.

El cielo juega un papel tan crucial como el mar en esta operación. Los helicópteros, con su capacidad para cubrir grandes distancias rápidamente y desde una perspectiva única, complementan la labor de las patrulleras. Su tarea no es asaltar directamente las narcolanchas, sino estratégicamente acorralarlas hacia la costa o forzarlas a abandonar su carga ilegal, a menudo obligándolas a retroceder.

Mientras tanto, en tierra, las unidades están preparadas para actuar en base a la información proporcionada por el sistema de vigilancia, listas para detener, incautar y, si es necesario, perseguir a los implicados hasta desmantelar por completo la operación del narcotráfico.