Carmelo Rojas posee un restaurante con unos gastos fijos de unos 4.000 euros al mes. Vive de los menús del día, por los que antes de la inflación cobraba 10 euros y ahora cobra 11. Según ha explicado en Equipo de Investigación, su situación es crítica.

"No puedo contratar un cocinero porque cobraría más de 2.000 euros al mes", indicó el empresario, que asegura que no tiene ganancias: "No tengo vacaciones, no tengo días libres, vivo para el negocio, para que podamos vivir cuatro familias", indicó en referencia a sus tres camareros, que cobran 1.400 euros por ocho horas de trabajo diarias.