El cuerpo de Déborah aparece a 50 kilómetros de su casa. Vivía en el centro de Vigo con sus padres, que denuncian su desaparición diez días antes. Equipo de Investigación habla con Rosa Neira, la madre de la joven.

Neira nos recibe en su casa, y muestra fotografías de la joven y premios que obtuvo por una de sus pasiones: jugar al golf. Cuando Déborah desaparece en esta casa vivía el matrimonio, la abuela, tres hijos y una persona interna.

El marido de Neira era un empresario naval. La madre explica cómo era la relación con su hija: "Mi hija Débora era la tercera de mis hijos. Tenía una relación muy buena, teníamos mucho 'feeling' porque era parecida a mí. Ella valía mucho más que yo pero nos gustaban las mismas cosas".

Los amigos de Déborah eran "siempre los mismos desde los tres años". Cuando desapareció no tenía pareja, según su madre: "En ese momento creo que estaban disgustados. Había tenido su novio, que venía a comer a casa, era un chico un poquito mayor que ella, siempre un chico correcto".

La madre de Déborah cuenta cómo vio a su hija los últimos días antes de su desaparición: "Llevaba unos días tristona, a ratos. A lo mejor dos semanas o quizás más".

El día de su desaparición, Déborah comió en su casa. Su madre cuenta que después de comer se fue a su habitación para "hacer unas cosas con su ordenador " hasta las seis o siete de la tarde que salió a dar un paseo por la playa. Ese ordenador nunca fue registrado por la Policía.