Equipo de Investigación contacta con dos estudiantes que quieren denunciar las cláusulas que han tenido que firmar para alquilar una habitación en España. Entre ellas, se expone que las parejas de los arrendatarios no pueden entrar en los pisos, que no podrán consumir alcohol en sus habitaciones y que el arrendador puede entrar en la vivienda para "el seguimiento del contrato".

"Llega a veces tarde, hay una cierta intimidación", ha aseverado uno de los jóvenes, que asegura que paga 550 euros por una habitación. Además, aseguran que deben pagar en efectivo: "Los inquilinos pagan en efectivo porque quiere evitar declarar sus ingresos a Hacienda".

En total, en el piso residen 7 personas en condiciones que ellos mismos definen como mejorables. "Mi habitación es muy pequeña, es más como un armario que una habitación, pero al menos tiene ventana. Las paredes son muy finas y es muy ruidosa". "Fue lo mejor que pude conseguir", lamenta. Puedes escuchar sus relatos en el vídeo principal de esta noticia.