El jefe infiltrado inaugura su tercera temporada con el mundo del taxi como protagonista. En esta primera entrega, el joven Director General del Grupo de servicios de taxi Garrido, Carlos Garrido. Este jefe cambia de identidad y vuelve a sus orígenes como taxista para saber cómo ha cambiado la calle desde que él asumió puestos directivos, comprobar la honestidad de sus trabajadores y detectar posibles fallos para poder subsanarlos.

Exigente al máximo, inflexible y ambicioso, el jefe infiltrado es el heredero del dueño fundador de Grupo Garrido, donde comenzó de cero y cuyo ascenso en la compañía le alejó hace unos años del día a día en el taxi. Hoy se convierte en un aspirante a taxista que quiere aprender rápido y conseguir, como coartada, una licencia de taxi que le permita ejercer dicha profesión.

Para conseguirlo, El Jefe Infiltrado cambiará de identidad y acompañará a varios de sus empleados en su día a día, descubriendo la cara más profesional pero también la menos amable del trabajo en el terreno.

A lo largo de su experiencia se enfrentará a complejas realidades que le harán valorar más a muchos de sus trabajadores pero también a poner freno a hábitos nefastos que repercuten en el rendimiento de la empresa y se alejan completamente de las normas de la compañía.

Carlos disfrutará de los traslados con ciertos clientes, comprobará la implicación de algunos trabajadores con la empresa pero también oirá de voz de sus compañeros duras críticas que lo harán reflexionar.

El jefe infiltrado volverá a vivir la dura noche barcelonesa, acompañando a un taxista que desde que cambió al turno de noche ha bajado su rendimiento. También a una mujer en tierra de hombres a la que todo el mundo considera de una manera porque no la conocen como el jefe la terminará por conocer. Trabajará junto a un empleado en libertad condicional al que la empresa le dio la oportunidad de volver al trabajo e incluso recurrirá a técnicas que jamás había imaginado para certificar ciertas sospechas o confirmar su error de apreciación. Los momentos más duros le harán plantearse cosas de las que ahora no había percatado y la indignación ante ciertas prácticas llega a tal punto que desvelará su identidad ante uno de sus trabajadores para recriminarle duramente su actitud y su forma de trabajo.

A pesar de descubrir negociaciones prohibidas, pactos de precios, cierta desmotivación y dejadez a la hora de buscar clientes, el jefe infiltrado también será testigo de que tiene entre sus filas a honestos empleados que dignifican la profesión y que contribuyen enormemente a que la compañía esté a donde ha llegado.

En el segundo capítulo de estreno de El jefe infiltrado Manel Real, fundador y Director General de Som-hi construcciones colgará el traje para convertirse en uno de sus empleados y trabajar con ellos para comprobar cómo funciona su compañía en el terreno y si se están siguiendo los procedimientos de su empresa. Bajo una falsa identidad descubrirá el estresante día a día al que están sometidos sus trabajadores, descubrirá, no sin sorpresa, una realidad de su empresa que no imaginaba y entenderá el porqué de ciertas actitudes al conocer las situaciones personales de algunos de sus empleados.

Después de varios años de crisis en el sector de la construcción, durante los que han tenido que echar el cierre casi el 50% de las constructoras de nuestro país, Som-hi es hoy una de las compañías que contribuye al crecimiento del sector, que ya da muestras de recuperación. En apenas 14 meses, se ha convertido en la empresa de reformas con más facturación de Cataluña y su expansión va por buen camino. Pero mantenerse en lo más alto no es sencillo y Manel Real, fundador y Director General de Som-hi quiere conocer de cerca el verdadero funcionamiento de su compañía y detectar los posibles problemas que hay en sus diferentes departamentos. Además, quiere comprobar si las quejas ante ciertos trabajadores tienen algún tipo de fundamento y, en esos casos, descubrir el por qué o tomar las medidas que sean necesarias.

A lo largo de su experiencia, Manel se convertirá en un trabajador que busca una nueva oportunidad y probará suerte en todo tipo de actividades: desatascar un inodoro con problemas, arreglar defectos en la instalación eléctrica, hacer trabajos de altura, cargar elementos de construcción de enorme peso, pintar paredes… No será sencillo. El nivel de estrés de algunos de sus empleados, su situación personal o la falta de planificación en algunos departamentos provocará que no todos los trabajos se hagan a tiempo, que algunos clientes no queden satisfechos o que se pierda tiempo – y con ello, dinero – a lo largo de la jornada de trabajo.

Empleados demasiado duros con sus inferiores, falta de respeto hacia los subordinados, descuidos inexcusables, incumplimiento de las normas de seguridad o presiones constantes hacia los trabajadores serán algunas de las situaciones que vivirá de primera mano y que dejarán asombrado un Jefe infiltrado dispuesto a todo para que las cosas cambien. Su trabajo también será puesto a prueba, ya que recibirá ciertas quejas de sus empleados por las actividades que, como supuesto novato, tiene que realizar. Sin embargo también descubrirá personas verdaderamente implicadas en su trabajo que merecen algo más que una recompensa.