El Gran Wyoming comienza con una de las noticias del día: la celebración del Toro de la Vega de Tordesillas, donde "no se ha torturado al animal lanceándolo hasta la muerte, como marcaba la tradición", ni se han lanzado los arpones que proponían los más fanáticos de la fiesta que el propio ayuntamiento respaldaba. "Simplemente se ha cumplido la ley celebrando un encierro", informa el presentador.

Aunque tampoco entiende esto: "¿Cómo a alguien le puede parecer divertido acosar a un toro para que le persiga?", se pregunta. Y, es que, aunque el Toro de la Vega haya rebajado su crueldad, en España todavía quedan cientos de fiestas donde se maltratan animales. "Fiesta, por llamarle algo", matiza Wyoming, porque no entiende cómo al "invitado principal de la fiesta" se le "pincha con picas, se le clavan apones, se le tira al mar, se le pasea por el pueblo atado a una cuerda o se le prede fuego".

Por eso, el cree que ha llegado el momento de debatir sobre estas tradiciones un tanto "bochornosas y caducas". Es más, propone sentar en El Intermedio a un toro y a alguien que disfrute torturándolo para que "lleguen a un entendimiento": "Sé que es una tontería", comenta "y que no puede hacerse porque uno es un animal y, el otro, porque no cabe un morlaco de 500kg en el plató".