Los precios de la vivienda se han incrementado exponencialmente y una de las causas principales son los pisos turísticos. En Madrid, hay más de 13.000 viviendas vacacionales disponibles, una cantidad muy superior a la de alquileres, que es de poco más de 8.000. Esto ha hecho que los precios en la capital se disparen hasta un 22%, aunque es un problema que también afecta a muchas ciudades españolas.

Benjamín Serra, un profesor de un instituto público de Formentera, explicaba a Andrea Ropero que compartía piso con una compañera y pagaban por él 550 euros cada uno, pero el problema aparece a finales de mayo: "Hay una cláusula que nos obliga a dejarlo porque pasa a ser vivienda vacacional y tenemos un mes que seguimos en la isla trabajando y que nos tenemos que buscar la vida como podemos".

Una situación que abocaba a decenas de personas a alquilar balcones, una bañera para dormir o, como le ocurrió a un compañero suyo, "vivir en el coche porque no estaba dispuesto a perder dinero por trabajar", detallaba. Además, apuntaba que, por un piso como el suyo, se podían llegar a pedir unos 200 euros la noche en verano.

Elisenda Paños, vecina de Barcelona, narraba que iba a perder su casa después de 32 años residiendo allí de alquiler, pues un fondo de inversiones había comprado el edificio donde vive. Estos los reforman y los alquilan al precios superiores: "Cada vez que reforman un piso, hemos llegado a ver alquileres hasta de 2.400 euros".

"Psicológicamente es una angustia, un mazazo. Es pensar continuamente qué vas a hacer con tu vida, dónde vas a ir", manifestaba, e indicaba que estaban "a la expectativa" para ver qué pasaba. "Si por sin existiera una ley de vivienda que fuera consciente de lo que está pasando en las grandes ciudades, quizás en un futuro tendría una solución. Los vecinos de siempre aquí no tenemos cabida", sentenciaba.

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