En pleno ambiente hostil hacia la acogida a los migrantes que llegan a España, Andrea Ropero ha visitado a los Dragones de Lavapiés, un club que se caracteriza por la integración a todos los niveles, la diversidad y la igualdad. En él participan hasta 500 jugadores de 50 nacionalidades distintas, tiene equipos de refugiados o personas en situación de asilo y dos equipos queer.

Andrea Ropero ha tenido la oportunidad de sentarse con cinco jóvenes jugadores de este club: Asier, Musta, Aitana, Saliou y Yassine. Aitana explica que en este equipo "hacemos amigos, conocemos gente nueva y nos lo pasamos bien". En el caso de Asier, define su experiencia en los Dragones como enriquecedora: "No es tanto como que te enseñen a jugar al fútbol, sino a ser una persona", explica el joven, que asegura que allí "el respeto y la igualdad son valores prioritarios".

Yassine recuerda que, cuando llegó al equipo, "lo primero que nos decían es que si no respetabas a alguien, te ibas fuera, daba igual si eras buen jugador". Saliou, por su parte, destaca que en el barrio de Lavapiés "hay mucha gente de mi país, me siento muy feliz, casi como si estuviese en Senegal".

Algunos de ellos afirman que Vinicius es uno de sus ídolos y que, como él, también han recibido insultos racistas este mismo sábado: "Me dicen puto negro, quítate", comenta Saliou, algo que también ha sufrido Musta. Asier asegura que, al escuchar eso, siente "vergüenza", pues "estoy con ellos y soy de España y no se me ha ocurrido insultar a nadie". "Parece que somos mugre que no quieren en otros equipos y muchas veces somos mejores que ellos y no importa el color de piel", sentencia. Todos ellos destacan el respeto, la amabilidad, la igualdad y el cariño como los valores que reciben en Dragones.