En una nueva entrega de 'Microracismos', Lamine Thior habla sobre que "a los negros muchos nos consideran bombas sexuales". El colaborador se remonta siglos atrás, cuando en los primeros viajes a África, los europeos establecieron la ecuación de "mujer negra + tetas= va pidiendo cebolleta", o lo que se conoce como el estereotipo de 'Jezebel': "Mujer negra ardiente, fogosa e insaciable".

Lamine explica en el vídeo sobre estas líneas que a los esclavos negros se les veía como "bestias de carga con unos instintos sexuales incontrolables", lo que permitió que en el sur de Estados Unidos se linchara a barones negros acusándoles sin pruebas de violar, silbar o simplemente mirar a mujeres blancas.

El cómico y activista recuerda la canción de Wilfredo Vargas 'Mami, ¿qué será lo que quiere el negro?': "Qué va a ser, sexo salvaje", comenta Lamine, que ironiza asegurando que "los negros somos bárbaros, zumbones, asaltablancas, porque como todo el mundo sabe Harvey Weinstein era de Mozambique".

También explica que en la época colonial se recomendó castrar a los hombres negros para prohibir el mestizaje. Además, recuerda la ordenanza del Gobierno británico de 1926, que implicaba la pena de muerte en Nueva Guinea para cualquier nativo que "violara" a una mujer blanca, teniendo en cuenta que "cualquier sexo interracial era considerado violación".

La idea que relaciona a los negros con la fogosidad llega hasta nuestros días, pues como comprueban las cámaras de El Intermedio, el mito sobre el tamaño de su pene sigue muy vigente. "Los objetos sexuales más cotizados son el satisfyer y un señor negro", comenta Lamine, que asegura que "va segundo, porque es más complicado de esconder en el cajón de la ropa interior".