'Frecuencia Nerea'

Nerea Pérez de las Heras reflexiona sobre el ocio: "Sin saber cómo, lo hemos convertido en un producto de lujo"

Actualmente, por culpa de las redes sociales, tenemos un escaparate constante de qué está haciendo todo el mundo. Esto ha llevado a muchas personas a tener la sensación "de que se están perdiendo algo".

Actualmente, por culpa de las redes sociales, tenemos un escaparate constante de qué está haciendo todo el mundo. Esto ha llevado a muchas personas a tener la sensación "de que se están perdiendo algo".

Nerea Pérez de las Heras vuelve a El Intermedio para reflexionar sobre el ocio. Como expone, "septiembre es muy difícil por muchas cosas, pero, sobre todo, porque es ese mes en el que todo el mundo nos damos cuenta de que el concepto de 'cargar las pilas' no funciona".

La periodista expone que el hecho de que se haya popularizado esta expresión "nos dice mucho sobre el mundo en que vivimos y sobre que se nos rompió el ocio". "Si es así es por culpa mía, por exceso", comenta el Gran Wyoming. Nerea cuenta al presentador y a Sandra Sabatés que les va a dar contexto.

"Hace unos años se empezaron a usar las siglas FOMO, que corresponden a 'Fear of missing out' que sería como miedo a perdérselo", explica. La periodista recuerda que antes de la irrupción de las redes sociales, no sabíamos qué hacía el resto de la gente y todo estaba bien. "Tenía su punto, esto molaba", comenta.

"Estés donde estés, tienes un escaparate constante de todo lo que está haciendo todo el mundo y tienes la sensación de que algo te estás perdiendo", añade Pérez de las Heras. Sabatés señala que tenemos acceso a lo que hacen nuestros conocidos, pero también famosos o influencers que "directamente se comportan como unos profesionales del ocio".

Nerea indica que el contenido al que accedemos "no está jerarquizado" y no hay un aviso en el que se advierta de que se está viendo un "ocio solo accesible para rentistas y ricas herederas". "Lo ves todo junto y te da la sensación de que es accesible para ti y puedes aspirar a él", añade. "De ahí sale esa clase media que admira a los niños pijos", comenta Wyoming, "la clase media aspiracional".

La periodista indica que al creer que se puede acceder a ese ocio "entras en una carrera rarísima sobre cuál es el mejor ocio". "Sin saber cómo, hemos convertido el ocio en un producto de lujo", añade Sandra. "Desde que hemos empezado a enseñarlo el ocio se ha convertido en una marca de estatus y tiene que ser o bien vistoso o servir para algo", responde Nerea.

Pérez de las Heras recomienda inclinarse hacia un ocio "que no sirva para nada": "Ni para cargar las pilas para, después, producir más, ni para ser más espiritual, ni que haya nadie sirviendo cócteles por una miseria". "Si el descanso y el disfruta en los mismos parámetros de competición que el trabajo", concluye, "ya sí que estamos jodidas".