Reportaje de Andrea Ropero
Las lágrimas de Ruhayna, refugiada gazatí: "Mi hijo se despertaba llorando de hambre y se dormía así, con el estómago vacío"
Andrea Ropero recoge el terrible testimonio de Walaa, una joven de 18 años a la que diagnosticaron cáncer en Gaza, y su madre, que todavía tiene allí a su marido y sus hijos intentando sobrevivir a las bombas y las condiciones infrahumanas.

Walaa Bakroun tiene 18 años y vivía en Gaza. Tras diagnosticársele un cáncer, ha conseguido llegar a Barcelona junto a su madre y recibir tratamiento gracias al trabajo de la ONG Accem.
Andrea Ropero ha tenido la oportunidad de conocer su dura historia y la de su progenitora, Rudayna Bakroun, que en el vídeo sobre estas líneas cuenta que salir de Gaza fue muy difícil, "pero tenía que hacerlo por ella". Allí dejó a sus otros seis hijos y el horror de las bombas. De hecho, apunta que el hospital en el que atendían a Walaa "fue bombardeado por siete misiles": "Ya no queda nada, ni servicios, ni médicos, ni nada", afirma.
Rudayna tiene otro hijo, que cumplió cuatro años mientras ella está en Barcelona y que tiene un problema neurológico: "No habla ni oye", señala esta refugiada, que denuncia la falta de leche en Gaza, lo que les obligaba a darle únicamente té o agua en el biberón. "Se despertaba llorando de hambre y se dormía así, con el estómago vacío", comenta.
Las noticias que les llegan desde Gaza son terribles, pues sus hijos cuentan a Rudayna que "están pasando hambre". "Mi hijo está desnutrido", asegura entre lágrimas, a lo que añade que en Barcelona "ni siquiera me apetece comer o beber porque sé que ellos no tienen nada".
Walaa, por su parte, apunta que todo esto le está afectando mentalmente durante su tratamiento contra el cáncer. También habla de los desplazamientos en Gaza a los que se vieron obligados, si bien para ella lo más duro es que "el ejército israelí bombardeaba incluso los lugares donde supuestamente íbamos a estar seguros".
La joven confía en volver a Gaza, aunque admite que "ahora mismo es un lugar donde no se puede vivir". Algo que comparte su madre, que explica que estrenaron su casa 20 días antes de que estallara la guerra. Ahora lo han perdido todo. Por ello, pide ayuda al mundo para que "pare este genocidio".
"Han arrasado con la educación, con la sanidad, por lo menos que respeten el corredor de ayuda humanitaria, que no disparen a quienes recogen comida", pide Rudayna, que vuelve a derrumbarse al explicar que un familiar suyo fue asesinado mientras iba a buscar alimento.