Nada es más duro como deberle dinero a Emilio Montes, párroco en Valdepeñas, Ciudad Real. Su historia, que se ha hecho viral, la detalla Dani Mateo. Y es que el cura ha hecho obras de rehabilitación en su parroquia por valor de más de un millón de euros, y ahora, algunos de sus feligreses se están resistiendo a contribuir.

Por eso, el cura les ha recriminado lo que considera un "cutrerío muy feo" en plena misa. "Hay gente que solo da seis euros. Hay gente que se ha borrado porque se ha quedado sin trabajo o porque se ha muerto, lo entiendo", sermoneaba comprensivo. Lo cierto es que si hay feligreses que han pecado de tacaños, él lo ha hecho de soberbia al aprovechar para "inmortalizar su sagrada jeta" en una de las paredes de la iglesia.

Pero Montes no es el único párroco peculiar que ha descubierto El Intermedio. Daniel Padilla, párroco rector del Real Santuario del Cristo de la Laguna, se aventuró a denunciar la represión religiosa que existe durante la pandemia.

"Aquí huele a tufillo anticristiano, disfrutad de lo votado", decía el cura para criticar el aforo impuesto en las iglesias, como ocurre en otros establecimientos cerrados. El párroco también criticaba estas restricciones: "El tufillo anticristiano no es el único que invade España, el país está lleno de tufillos como el antideportivo que no permite a los aficionados acudir al campo para animar a sus equipos y el tufillo anticine que impide a sus amantes ir a ver una película".