Erik Harley se desplaza hasta Carboneras, Almería, donde se encuentra uno de los proyectos pormihuevistas de la costa española. El principal impulsor de este "despropósito" fue Cristóbal Fernández, el por aquel entonces alcalde del municipio, que fue quien dio la licencia de obras para que en 2003 se construyera este mamotreto que en un principio incluía "7 hoteles, varias piscinas, 1.500 viviendas de lujo e incluso un campo de golf", explica el experto en urbanismo.
Pero nadie llegó a alojarse nunca en este macrohotel, porque dos años después de empezar las obras se paralizaron por "una minucia sin importancia": "El complejo vulneraba la ley de costas, que entró en vigor en 1988" y que prohibía construir a menos de 10 metros del mar. Pero no fue la única ley, también se pasaron "por el forro del bañador", también vulneraron que es un espacio "reserva de la biosfera, un lugar de interés comunitario, zona de especial protección e interés mediterráneo y zona de especial protección para las aves".
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Por lo que el hotel del Algarrobico solo podía terminar de una forma: "En los tribunales". Y, a pesar de que tiene hasta 13 sentencias del Tribunal Supremo que lo han declarado ilegal, no fue hasta 2011 que se llegó a un acuerdo en el que el Gobierno se haría cargo de los gastos y la Junta de devolver el estado natural de la zona protegida. Sin embargo, estamos en 2023 y sigue ahí.