La cantante Rosa López se sienta con Albert Espinosa en la grada donde ella pasaba cada tarde sentada con su amiga de la infancia. Justo frente a esa explanada estaba ubicada la casa de la familia de la artista, un piso de protección oficial donde fue muy feliz.

Recuerda entonces que su madre les "tiraba los bocadillos por la ventana" y desde allí soñaba con su primer amor, con que le "saliesen" tetas o con ser cantante. "Al vivir en una barrida tan necesitada, yo pensaba que algún día cantaría y recuadraría muchísimo dinero para ese barrio. Han pasado 20 años y no he hecho nada", confiesa con tristeza Rosa López.