Que si llevan algún ingrediente no especificado en la carta. Que si el punto de cocción no es el correcto. Que si ya no tienen hambre y han pedido demasiado. Muchas son las excusas que algunos clientes les ponen a los restaurantes cuando quieren devolver algún plato de los que han pedido y lo cierto es que esta tendencia, que procede de Reino Unido, ya está llegando a España, denuncian algunos hosteleros en un artículo de La Vanguardia del que se hacen eco en Aruser@s.

Esta práctica llega a tales extremos que hay clientes que añaden trozos de cristales rotos en las copas o pelos en los platos para pedirle al camarero que se lo retiren y no tener que pagar la cuenta. Así lo han captado algunas cámaras de seguridad, asegura Angie Cárdenas. "Pero, si está captado por una cámara de seguridad, eso es delito, ¿no?", pregunta sorprendida Alba Sánchez. Y en efecto, sí que lo es.

"Da mucha rabia cuando ves al típico cliente que se ha comido el 90% del plato y empieza a remover con el tenedor diciendo que eso no está bueno", comenta Hans Arús. A Marc Redondo le sorprende la gente que tiene "tanto morro como para hacer estas cosas". "Yo lo paso fatal cuando hay un plato que no me gusta de verdad, porque me muero de vergüenza".