El Centro de Exposiciones de Múnich acogía el pasado sábado un multitudinario concierto que Robbie Williams ofreció para más de 100.000 personas. Tal y como se puede observar en este vídeo de Aruser@s, el cantante británico, que curiosamente vestía un albornoz, comenzó a sentirse indispuesto en medio de una canción y para sorpresa de todos los allí presentes, se retiró a la parte trasera del escenario para vomitar.

La culpa de su malestar la tuvieron unos caramelos de nicotina que, teóricamente, tenían que ayudarle a dejar de fumar, pero que en su lugar le provocaron un ataque de náuseas que le obligó a retirarse mientras la banda seguía tocando a la espera de la reincorporación del intérprete.

"Lo fuerte es que él se piensa que no lo están viendo, porque si os fijáis, va a la parte trasera, que hay una lona. Pero este contraluz hace que podamos ver todo", señala María Moya tras contemplar las desagradables imágenes.