Concordia. Era la palabra que ocupaba de forma destacada el nombre de una mesa redonda en la que participaba este lunes el presidente del PP, Pablo Casado, el exministro y presidente de la Fundación Transición Española, Rafael Arias Salgado y el exministro y diplomático Ignacio Camuñas.
Sin embargo, las palabras de este último han suscitado mucha polémica. "Si hay un responsable directo de la Guerra Civil es el Gobierno de la República", decía Camuñas, mientras Casado guarda silencio. "Y un golpe de Estado no es lo que ocurrió en 1936", añadía el exministro de la UCD de Adolfo Suárez.
Y seguía definiendo un terrible episodio de la historia de España. "Fue un enfrentamiento brutal de dos sectores de los españoles y se saldó con los daños propios de los que es una guerra civil". "Es mejor olvidar y no seguir hurgando y decir poco menos que la derecha es la culpable".
"Si hubo guerra civil es porque ustedes lo hicieron muy mal y la República fue un fracaso que nos llevó al enfrentamiento entre los españoles", sentenciaba.
Unas palabras tras las que Camuñas reclamaba a Casado que en "el primer día" que sea presidente del Gobierno acabe con esa ley de memoria históricaque está "atacando al corazón fundamental de la concordia y de la Constitución".
Hoy, desde el PP, su portavoz en el Congreso Cuca Gamarra, ha señalado que Casado "siempre ha sido claro y rotundo sobre la Guerra Civil". Y ha recordado que promovieron una resolución en el Congreso en 2002 que "condena la guerra civil y establece el marco de lo que pasó. El PP la respaldó y no se ha movido de ahí desde entonces".
Ciudadanos también se ha pronunciado, Begoña Villacís ha aludido a la educación para saber discriminar esas declaraciones.
Más duros han sido desde Unidas Podemos. La diputada Sofía Castañón cree que con estas declaraciones se han sobrepasado todos los "límites de los consensos democráticos". Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha afeado que Casado no reaccionara a las palabras de Camuñas. Unas declaraciones, ha añadido, "absolutamente inaceptables".
Según 'The Economist'
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