La unidad territorial que se maneja para llevar a cabo la desescalada en principio es la provincia o la isla, aunque el Gobierno ha matizado que tendrá en cuenta otras propuestas. Y es que algunos lugares tienen particularidades que despiertan dudas acerca del desconfinamiento.

Es el caso del Condado de Treviño, un enclave que administrativamente pertenece a Burgos pero que geográficamente está rodeado de territorio vasco. Allí viven unas 4.000 personas a quienes preocupa cómo va a ser el proceso, ya que muchos trabajan, compran y realizan habitualmente gestiones en Vitoria, mucho más cercana que Burgos.

Por este motivo, su alcalde, Enrique Barbadillo, defiende, "por sentido común", llevar a cabo la desescalada con la provincia de Álava. "Estamos rodeados de Álava por todas las partes, las cercanías a Vitoria son 15 kilómetros, a la capital de Burgos son 100-110 kilómetros", explica.

Pero es que, además, para los habitantes de Treviño los "hospitales de referencia están en Vitoria", donde han sido tratados los escasos casos de coronavirus que han requerido ingreso. "Los pocos que han sido hospitalizados lo han hecho en el Hospital de Vitoria", ha apuntado Barbadillo, que cree que ni el Gobierno "tiene claro" aún qué pasará con ellos.

"No sabemos cómo nos va a afectar, si lo vamos a hacer con Álava, no lo vamos a hacer con Álava, nosotros solos...", ha señalado, explicando que, de hacerse finalmente la desescalada por provincias, estarían "incurriendo en un delito" al salir por cualquiera de los costados del Condado.

El Cuervo, entre Sevilla y Cádiz

Otro caso conflictivo es el de El Cuervo, un término municipal atravesado por el límite entre las provincias de Sevilla y Cádiz. Una particularidad que provoca inquietud de cara a la desescalada, ya que 300 vecinos de la localidad pertenencen administrativamente a Jerez.

Por este motivo, el Ayuntamiento ha emitido un bando para que los habitantes gaditanos puedan salir a comprar sin problema en los comercios de El Cuervo, según explica su alcalde, José Martínez Alba.

"Los vecinos siguen haciendo sus compras aquí porque para nosotros son vecinos de pleno derecho de El Cuervo, pero para evitar incidencias oficialmente hemos emitido un bando para que todos estos vecinos puedan circular libremente por todo el término municipal", ha explicado.

Otra consecuencia de la inusual situación de este pueblo es que, cuando la desescalada permita viajar a segundas residencias en la misma provincia, los vecinos gaditanos que tengan casa en Chipiona o Valdelagrana podrán desplazarse hasta allí, pero no así el resto de habitantes del municipio.

"Tendremos que esperar un poquito para pisar la playa", ha afirmado el alcalde, que defiende que "habrá tiempo de hacerlo". En El Cuervo, eso sí se bromea con empadronarse en las pocas calles que pertenecen a Cádiz, para "tener una doble municipalidad" que permita disfrutar antes de la costa.