La violencia machista que sufren las mujeres no es sólo física: sus maltratadores también las ahogan económicamente. Un 11% de mujeres mayores de 16 años confiesa que sus parejas les han controlado en algún momento sus gastos, les piden tickets de todo o directamente dejan de contribuir a la economía doméstica.

Patricia López ha sido una de las víctimas de este tipo de violencia invisible. En el momento en el que decidió separarse, su aún marido "dejó de hacerse cargo de todos los gastos de luz, gas, comunidad o ropa para sus hijos". Asegura que durante 4 años la explotó económicamente. Una situación que también han sufrido sus hijos: "Nos llegaron a cortar la luz y el gas y él tuvo durante un mes a sus hijos en casa sin luz ni gas".

Hay otros casos en los que se produce también un sabotaje laboral, en el que el hombre prohíbe a su mujer trabajar fuera del hogar. Rosalía Vicente Sánchez estuvo 31 años casada con un hombre que la contrlaba economicamente. De hecho, llegó a abandonar su propio empleo para cuidar a su hijo.

Además, tenía que justificarle todo lo que compraba o, directamente, ir con él. Tras más de tres décadas sufriendo violencia económica, Rosalía decidió dar el paso de dejarlo y se fue a una casa de acogida: "Yo me fui sin nada, porque no tenía acceso a las cuentas, no me dejaba".

La magistrada Lucía Avilés ha pedido al Gobierno que este tipo de conductas se tipifiquen en el código penal como violencia machista, ya que "generan el estrangulamiento de muchas mujeres". El Gobierno ya ha dado la primera respuesta, y estudia su propuesta para incluir la violencia económica como un delito.