Después de dejar su hogar en Dunkirk, la joven de 18 años se encontraba
en una casa en Calais donde los ocupantes cometieron múltiples abusos y la
obligaron a "comer las heces del gato", "beber agua",
"orina" y "comer colillas de cigarrillo", explicó Pascal
Marconville, confirmando la información de La Voix du Nord. Los tres acusados
han reconocido los hechos,señalan.
Los detenidos han sido acusados de "violación con
tortura y actos de barbarie", "secuestro, confinamiento por la fuerza
con tortura y barbarie" y "intento de extorsión".
A principios de octubre la víctima había huido de su hogar
en Dunkirk después de una discusión con su padre. Tomó el camino en dirección a
Calais, a unos treinta kilómetros al oeste, y fue recibida por unos conocidos:
dos hermanos de 19 y 22 años y la esposa del menor, de 37 años.
"Por celos", la víctima fue sometida a "palizas,
humillaciones y violaciones", dijo el fiscal. "Se le hizo comer
excremento de gato, le hizo beber orina, se vio obligada a recoger colillas de
cigarrillos en la calle y comérselas", dijo Marconville.
Los tres acusados pidieron un rescate del padre de la niña
pero la menor consiguió escapar por una ventana y pedir ayuda en una farmacia
cercana.