Un oso en época de celo se ha enfrentado a una osa y su cría, acabando los dos ejemplares adultos despeñándose por la montaña. Estas imágenes las han grabado Claudio Sordo Velasco y Carmen Ortega Fernández, que han autorizado su difusión a la Junta de Castilla y León, en Peña Santa Lucía, Palencia.

Posteriormente, un operativo dirigido por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha localizado al oso macho de 217 kilos muerto. En estos momentos, el operativo está buscando a la hembra, que tiene graves heridas tras la pelea, y a su osezno.

Se busca a la osa herida y a su osezno

En relación con la osa, se ha confirmado la extrema gravedad de las lesiones a la luz de las imágenes y rastros de sangre observados durante la mañana de hoy, se ha conseguido localizar la cavidad donde se ha refugiado, y durante la tarde se ha monitorizado el interior de la cueva con un equipo remoto priorizando la seguridad de todo el operativo.

Respecto del osezno, durante la mañana se le ha conseguido observar, si bien a última hora de la mañana se ha perdido el contacto visual al haberse introducido en alguna de las múltiples cavidades de la zona, de muy difícil acceso.

Ahora mismo la prioridad del operativo es, además de confirmar el alcance de las lesiones en la hembra, la localización y captura del osezno, para lograr su supervivencia en instalaciones especializadas de la Junta hasta que alcance el peso necesario para valerse de forma autónoma.

Tras haber realizado el levantamiento del cadáver del oso pardo por agentes medioambientales, celadores de Medio Ambiente y la Guardia Civil, el cuerpo de este macho adulto está siendo trasladado al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Burgos para practicar la correspondiente necropsia.

Durante la primavera, los osos pardos entran en celo. Las hembras que han parido en invierno no salen de la osera con las crías pasados, al menos, dos meses. La madre acompaña a los oseznos hasta la primavera siguiente, cuando se separa de su prole y vuelve a entrar en celo.

Es frecuente que las madres tengan que defender a sus crías del ataque de machos que buscan inducirlas nuevamente al celo. En los últimos años, el aumento de población ha dado lugar a mayores encuentros de este tipo.