El pasado 19 de abril el exmarido de Eva se presentaba en su casa para recoger al hijo de ambos, de cuatro años. Una vez que el pequeño se encontraba dentro del coche, aprovechó para pegarle una paliza a su exmujer hasta el punto de pensar que había conseguido matarla.
Pero no era así. Eva consiguió levantarse del suelo del patio gracias a la ayuda de dos vecinas, que también llamaron a la Policía, según cuenta Eva al periódico 'Ideal'.
"Él creyó que me había matado. Me dejó muy mal, pero estoy viva. Esto no es justo, no es justo. Por qué, por qué no van contra ellos y nos protegen a nosotras. Todo esto se puede evitar si estuviéramos más protegidas", asegura desde el hospital.
Eva se había separado de él cuando su hijo tenía tan solo meses, pero luego decidió darle una segunda oportunidad de la que terminó por arrepentirse.
"Me equivoqué al darle una segunda oportunidad y ahora tengo miedo porque sé que cuando salga de prisión va a ir a buscarme. La justicia debe ser mucho más dura con estos delitos y proteger más a las víctimas", confiesa.
Eva padece secuelas psicológicas por el miedo a que su agresor vaya en su búsqueda, además de las físicas a raíz de la paliza: tiene dañada la órbita del ojo izquierdo, le han tenido que reconstruir el pómulo y poner una malla metálica en el interior de la cara. El resto del cuerpo, lleno de heridas.
Aún así, Eva no se rinde y ha decidido grabar un vídeo de apoyo a todas aquellas mujeres que estén pasando por el calvario que a ella le ha tocado vivir.
En este vídeo, desde la sala del hospital donde fue sometida a una operación, Eva pide justicia, valentía y reclama la protección que las víctimas de esta lacra se merecen.
"Que no agachen las orejas, que no se pongan de rodillas, que alcen la voz y no se callen. Pero a la sociedad, a la justicia, también les pido que sean más duros con los maltratadores y protejan más a las mujeres maltratadas".
Primera declaración ante el juez
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El contexto Decenas de menores han recibido palizas por parte de jóvenes violentos de su misma edad que les obligan a ponerse de rodillas y recibir todo tipo de humillaciones.