El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido de que si todos los habitantes del mundo consumieran recursos al ritmo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea (UE), se necesitaría el equivalente a 3,3 planetas terrestres para mantener los niveles de consumo.
"La mayoría de los países ricos no solo no están proporcionando entornos saludables para los niños dentro de sus fronteras, sino que también están contribuyendo a la destrucción de los entornos de la infancia en otras partes del mundo", ha asegurado la directora de la Oficina de Investigación Innocenti de UNICEF, Gunilla Olsson.
Destruyendo el entorno de los demás
Algunos datos que recoge la organización tienen que ver con la polución. En concreto, Finlandia, Islandia y Noruega se sitúan en el tercio superior en la provisión de un medioambiente saludable para los niños y niñas, pero se encuentran en el tercio inferior del mundo, en general, en materia de contaminación.
Asimismo, en Bélgica, Israel, Países Bajos, Polonia, República Checa y Suiza, más de uno de cada doce niños están expuestos a una elevada contaminación por pesticidas, mientras que en Islandia, Letonia, Portugal y Reino Unido, uno de cada cinco niños están expuestos a la humedad y el moho en su casa.
España: las malas condiciones de la vivienda
De esta forma, desde la organización han señalado que, en el caso de España, los hogares en situación de pobreza y con hijos se ven afectados en mucha mayor medida por las malas condiciones de su vivienda, según un comunicado de UNICEF.
"Por ejemplo, en el indicador sobre la dificultad para mantener su casa caliente, la diferencia en nuestro país entre los hogares en riesgo de pobreza y el conjunto de todos los hogares es la sexta más alta de los países analizados: 13,8 puntos porcentuales (7,7 por ciento para el conjunto, 21,5 por ciento para los hogares en pobreza)", ha explicado la ONG.
Pese a ello, España "tiene un desempeño bastante consistente y relativamente satisfactorio": los entornos inmediatos en los que se desarrollan los niños y niñas son aceptables en comparación con otros países y, al mismo tiempo, debido a los patrones de consumo y el nivel de emisiones, su impacto sobre el medio ambiente mundial es mucho menor que el de otros países.
Políticas medioambientales pensando en la infancia
Se debe mejorar el entorno de la infancia, reduciendo los residuos y la contaminación del aire y del agua y garantizando una alta calidad de las viviendas y los barrios
Así, UNICEF ha pedido a los gobiernos que lideren "a nivel nacional, regional y local la mejora del entorno de la infancia, reduciendo los residuos y la contaminación del aire y del agua y garantizando una alta calidad de las viviendas y los barrios".
"(Hay que) garantizar que las políticas medioambientales tengan en cuenta a la infancia. Los gobiernos y los responsables políticos deben asegurarse de que las necesidades de la infancia se incorporen a la toma de decisiones", ha zanjado.
Los niños alzan la voz por el cambio climático
En este sentido, la infancia tiene un papel fundamental en las decisiones que les afectan. Francisco Vera, un joven activista medioambiental de tan solo 12 años, pero que ya es uno de los más reconocidos a nivel internacional, fue entrevistado en El Intermedio para hablar del cambio climático. En el siguiente vídeo se pueden ver algunas de las reflexiones que Vera compartió con Wyoming.
El joven se lo tiene muy claro: "Avanzar en la transición energética", lo que significa "desarraigarnos del petróleo y avanzar hacia energías limpias", porque si no "el planeta va a seguir y ya no lo paramos".
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