A solo 400 metros de la muralla de Trujillo ya esperan su puesta en pie las torres de alta tensión: la fábrica de diamantes sintéticos, un proyecto personal del actor Leonardo DiCaprio necesita electricidad. Electricidad que llegará atravesando unos berrocales, que son un espacio protegido, con restos de civilizaciones prehistóricas y hasta un palacio de la Edad Media.

Lin Mateos, Portavoz de la Plataforma Salvemos El Berrocal de Trujillo, expresa su malestar porque "esto no se puede poner delante de la muralla de Ávila, ni de Lugo". "Imagínate poner estas torres a 400 metros de la Alhambra... no se puede consentir", denuncia.

La fábrica de diamantes pretende colocar 22 torres de alta tensión, de 40 metros de altura cada una. Todavía no están colocadas, pero cuando se levanten serían un parapeto para el flanco oeste de la ciudad monumental de Trujillo. Por eso, los vecinos están en pie de guerra y hace dos semanas se concentraron en la puerta del Ayuntamiento como medida de protesta: "Nosotros consideramos que es un atropello, que es un atentado a la ciudad, al paisaje, al berrocal que es una zona protegida", subraya Mateos.

No quieren que les dañen un espacio protegido. De hecho, el Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura (FONDENEX) ha solicitado a la Fiscalía de Medio Ambiente que investigue si la construcción de la línea puede suponer un delito contra el patrimonio histórico-artístico.

Desde la Plataforma insisten en que no están en contra de la fábrica en sí, que creará 300 puestos de trabajo, pero piden que se cambie el trazado eléctrico. "Si la fábrica está en suelo urbano, las normas dicen taxativamente que las líneas de alta tensión tienen que ir soterradas", dice Aurelio Moreno, vecino de Trujillo.

Mientras la empresa de diamantes ha asegurado al Ayuntamiento que está dispuesta a llegar a un acuerdo, los vecinos siguen disfrutando de las vistas de un espacio protegido que no quieren perder.