El gobernador de Texas, Greg Abbott, conmutó la condena a muerte del preso Thomas 'Bart' Whitaker por una pena de cadena perpetua media hora antes de su ejecución. Se trata de una decisión muy poco habitual en Texas, que desde la restitución de la pena de muerte en 1976 ha ejecutado a 548 presos.
A Whitaker, de 38 años, le condenaron a muerte por los asesinatos en 2003 de su madre, Patricia, y de su hermano, Kevin; así como por el intento de asesinato de su padre, Kent.
Whitaker, un joven universitario de clase alta por entonces, contrató a su amigo Chris Brashear para que los asesinase a todos con el objetivo de cobrar los 1,5 millones del seguro de vida familiar.
Sin embargo, el amigo que le había ayudado a huir terminó delatándolo y reveló su paradero a las autoridades a cambio de una recompensa.
Un jurado condenó a Whitaker a muerte por ser el inductor de los crímenes, mientras que Brashear recibió una cadena perpetua en los juicios celebrados en 2007.
Aunque mató a su esposa y un hijo y también trató de matarlo a él, el padre de Whitaker, Kent, ha liderado una campaña para que a su único hijo vivo se le conmutase la pena de muerte y evitase así su ejecución.