Doñana era hasta hace poco una especie de balneario de lujo para las aves que migran en invierno desde norte de Europa hacia latitudes más cálidas. Hoy, todo ha cambiado.

Y es que el cambio climático ha hecho desaparecer por completo los humedales en los que estas aves se instalan. La responsable del programa de aguas de la ONG WWF, Teresa Gil, pone las alarmantes cifras: "En los dos últimos años se ha pasado de 470.000 aves invernantes a 80.000".

La sequía por la falta de lluvias hace estragos, pero el vergel se ha marchitado también por otras causas, tal y como explica Juan Carlos del Moral, de SeoBirdLife. Por ejemplo, por la mala gestión que se hace de los regadíos, donde explotan muchos acuíferos, y no solamente en Doñana. El parque nacional de Tablas de Daimiel también está seco".

Los dos humedales más importantes que hay en España agonizan, y con sus niveles de agua bajo mínimos, nos preguntamos adónde migrarán las aves este invierno. Si hasta ahora los arrozales podían hace de marisma de sustitución, este año no van a estar como otros porque con la sequía ha habido unas restricciones y se han inundado muchas menos hectáreas.

Los investigadores, con la ayuda de voluntarios, han iniciado el anillamiento de miles las aves para poder conocer sus movimientos, su ciclo de vida, cómo les afecta el cambio climático y si sus poblaciones decrecen.

Hay unas 14 especies en peligro de extinción por el gran declive sufrido en las últimas décadas. El martín pescador, el cernícalo común, o el alcaudón son algunos de los que se incluyen en la lista negra. Sus ecosistemas desaparecen por el cambio climático y por una gestión mejorable del agua. Aún queda tiempo, pero no mucho, para reaccionar y levantar el vuelo.