La imagen de pantanos completamente vacíos tiene consecuencias directas en nuestro día a día: cortes de agua y también el empeoramiento de la calidad de la que queda embalsada.

A medida que el nivel de agua de un embalse se reduce de forma importante, como está ocurriendo en las últimas semanas, se empiezan a notar los efectos: "La carga contaminante, al haber menor volumen de agua, aumenta su concentración por lo que hay menor calidad de esa agua", apunta Jesús Vargas, profesor de Geografía de la Universidad de Málaga. Y no solo eso: "El sedimento que arrastran los ríos se va colmatando en el fondo y por tanto el volumen útil real es menor, y tenemos un agua más fangosa y llena de arena", añade. Esto supone que sea más difícil de desembalsar y que la calidad empeore.

En L'Espluga de Francolí, Tarragona, lasequía afecta a los acuíferos municipales y llevan desde agosto del año pasado con cortes intermitentes de agua. Desde hace semanas todas las noches de 10 a 7 de la mañana se quedan si agua y cuando sale, nos cuenta Jonay Sánchez, camarero del bar Els Caçadors "de color marrón y sin ninguna presión". En este bar se gastan "unas ocho garrafas de 6 litros de agua al día", y la cafetera la tienen conectada permanentemente a una de estas garrafas.

Problemas también en Almagro, se abastecen de los pozos de emergencia y el agua que sale es "malísima", nos cuenta Rosa María Baos, vecina de la localidad. "No podemos cocinar con ella, nos duchamos y tenemos que echarnos crema", asegura. Esto lo han notado también en la farmacias del pueblo donde es habitual la venta de cremas para hidratar la piel.

Agua de mala calidad también en el norte de Granada, en más de una veintena de localidades están repartiendo garrafas de agua porque ya no es potable. Los vecinos llenan cada día su garrafa de cinco litros.