Va "a luchar"
El drama de Mari Carmen, con una orden de desahucio a favor de un fondo buitre a los 87 años: "No tengo dónde ir"
Los detalles En apenas un par de días, la octogenaria debería abandonar su hogar, pero ella no se resigna. Lleva allí desde los 17 años y se ve "fuerte para luchar".

Resumen IA supervisado
Mari Carmen, de 87 años, enfrenta una orden de desahucio tras vivir en su hogar desde los 17. El inmueble, ahora propiedad de un fondo buitre desde 2020, le exige un alquiler que no puede asumir. A pesar de mantener un contrato de renta antigua firmado por su padre en 1956, la subrogación legal caducó en 2007. La abogada Azucena Martín explica que, para tener carácter vitalicio, necesitaría una discapacidad superior al 65%, pero Mari Carmen solo tiene el 50%. Sin más recursos, el Sindicato de Inquilinas ha solicitado una moratoria por vulnerabilidad, mientras ella espera negociar con la Comisión Judicial el día del desahucio.
* Resumen supervisado por periodistas.
Con una orden de desahucio a favor de un fondo buitre, Mari Carmen se aferra a su hogar. En apenas un par de días debería abandonarlo, pero no se resigna. Lleva en la vivienda desde los 17 años, toda una vida de alquiler, y ahora con 87 se ve "fuerte para luchar" y va a hacerlo.
La empresa, propietaria del inmueble desde el año 2020, le exige un alquiler inasumible. "Si al final llega la 'espada de Damocles' y me corta el cuello, ¿qué le voy a hacer?", expresa la mujer.
Ella había mantenido hasta ahora un contrato de renta antigua que firmó su padre en el año 56. Cuando él falleció, pasó a su madre y después a ella. Pero a efectos legales, la segunda subrogación caducó en 2007.
"La excepción que se necesita para que tenga carácter vitalicio, teniendo en cuenta que es hija y no es cónyuge, una discapacidad superior al 65%", explica la abogada Azucena Martín, a lo que añade: "En este caso, no se cumple porque tiene únicamente el 50%, pero hay que tener en cuenta que esta señora tiene 87 años".
Así, a Mari Carmen, sin posibilidad de recurrir, le quedan pocas opciones. Por el momento, el Sindicato de Inquilinas que la acompaña ha presentado un informe de vulnerabilidad para pedir una moratoria, pero todavía no han tenido respuesta.
"Yo espero, de alguna manera, que no se llegue a producir el desahucio, porque no tengo familia directa y no tengo dónde ir, y en unos días yo no puedo hacer una mudanza de una casa de 69 años", lamenta Mari Carmen.
Legalmente, la octogenaria tendría que abandonar la vivienda. De esta forma, la única posibilidad que le queda es negociar con la Comisión Judicial el mismo día del desahucio, para intentar al menos ganar algo de tiempo.
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