La bahía de Torshavn se ha vuelto a teñir de rojo. Un año más, cientos de personas han asesinado y destripado a 250 cetáceos en la capital de las Islas Feroe por unasanguinaria fiesta popular.
Una escena que se repite cada año. La matanza tiene como objetivo comercializar la carne de ballenas y delfines antes de que migren hacia el norte durante el verano. Los archipiélagos, pertenecientes a Dinamarca, defienden que es parte de "la dieta nacional", a pesar de generar una "imagen dramática" para los extranjeros.
'Blue Planet Society' ha denunciado la matanza y busca, a través de las redes sociales, apoyos que se sumen a su recriminación. Más de 500 cetáceos han sido asesinados desde comienzos de año, según afirma la plataforma, que ya cuenta con más de 260.000 apoyos.
La matanza horroriza a animalistas que, en contra de que se siga produciendo, piden al Gobierno de las Islas que no sea cómplice y acabe con la legislación que regula y permite la sangrienta tradición basada en, desde barcos, arrastrar a los animales hasta la costa para que una vez allí puedan clavarles arpones en el cuello y romperles la espina dorsal. Posteriormente sus cuerpos sin vida son recogidos con anzuelos desde la orilla.
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